Materiales: Madera, piedra, metal, plástico y otros materiales
Medidas: 47 cm por 30 cm por 18 cm
Año: 2022
Por una cabeza, todas las locuras
La vida es luchar por un logro, por ganar, incluso por una cabeza, con la esperanza de alcanzar los sueños. Por todo. De amores o de carreras de caballos. De todo, dependa o no, de nosotros. Es la vida en riesgo en el desafío de luchar por alcanzar pequeños o grandes objetivos. En ese estado del alma, en esa búsqueda desenfrenada del logro y de la esperanza de alcanzarlo, está la locura de un vivir donde perdemos la cabeza. Nos realizamos en ese desenfreno donde el amor o el juego compiten en la locura de alcanzar algún premio. Es la oportunidad de realizarnos en nuestras pasiones por las cuales peleamos y hasta matamos o morimos. Son la oportunidad para perder la cabeza: que la sangre y lo irracional fluyan, es el deseo de la apuesta. No importa el riesgo, o la posibilidad del éxito: es la utopía del esfuerzo que tensa nuestras fibras. La competencia, contra nosotros u otros, nos agrega pasión. Aunque sepamos que es un engaño o apenas un segundo. Incluso aunque sea una ilusión, será el instante de la esperanza ante la oportunidad de otra vida, del logro imposible. La lucha es una esperanza y el éxito nuestro desvelo y madre de las batallas reales que asumimos. Es el motor que impulsa muchos de nuestros actos más osados, nuestros metejones, nuestras locas apuestas a ser sobre humanos, nuestras peleas con los otros para demostrarlo, de alcanzar las historias que recordaremos en el momento del morir y que definieron nuestras vidas. O para que los demás nos vean y recuerden nuestro paso efímero en la tierra. Esas luchas y sueños, esos logros y peleas, esos desvelos y esfuerzos imposibles, son los momentos de esperanza donde nos sentimos más humanos, donde luchamos y competimos con otros en la búsqueda del éxito con todas nuestras pasiones y esperanzas, donde ponemos nuestra existencia misma encima de la mesa y tensamos nuestras energías y pensamientos en la búsqueda de esos grandes y pequeños logros y éxitos que dan sentido a nuestras vidas. Son las peleas y esperanzas que recordamos, son los momentos más humanos, aunque podamos ser manipulados, aunque sus resultados no dependan sólo de nosotros, o incluso aunque sepamos que somos manipulados y engañados. No importa. Es nuestra utópica felicidad de competir para ser humanos y alcanzar sueños, pero más aún de sentirnos realmente vivos en el sueño de mostrarnos que somos la esperanza de lograr esos imposibles de permanencia en la tierra de nuestros supuestos logros.
Letra de Alfredo Lepera (1900-1935): Por una cabeza
Por una cabeza, de un noble potrillo / Que justo en la raya, afloja al llegar/ Y que al regresar, parece decir / No olvides, hermano / Vos sabes, no hay que jugar / Por una cabeza, metejón de un día / De aquella coqueta y risueña mujer / Que al jurar sonriendo el amor que está mintiendo / Quema en una hoguera / Todo mi querer / Por una cabeza, todas las locuras / Su boca que besa / Borra la tristeza / Calma la amargura / Por una cabeza / Si ella me olvida / Qué importa perderme / Mil veces la vida / Para qué vivir / Cuántos desengaños, por una cabeza / Yo juré mil veces no vuelvo a insistir / Pero si un mirar me hiere al pasar / Su boca de fuego / Otra vez quiero besar / Basta de carreras, se acabó la timba / Un final reñido ya no vuelvo a ver / Pero si algún pingo llega a ser fija el domingo / Yo me juego entero / Qué le voy a hacer / / Por una cabeza, todas las locuras / Su boca que besa / Borra la tristeza / Calma la amargura / Por una cabeza / Si ella me olvida / Qué importa perderme / Mil veces la vida / Para qué vivir
(Carlos Gardel canto esta canción cuya letra es de Alfredo Le Pera. Ambos murieron juntos en un accidente en avión en Medellín, Colombia (1935) regresando del sueño del triunfo en Nueva York).