Materiales: Madera, metal, plástico, acrílico, metal y otros materiales
Medidas: 45 cm por 45 cm por 18 cm
Año: 2023
La diversidad educativa
Las aulas están cambiando. Se han modificado los docentes y también los estudiantes que no son las élites de antes, sino una masa de personas diversas y muy similares a la población de nuestros países. Hemos pasado de unos accesos de unos pocos a la creciente democratización de la educación y con ello han llegado a las aulas más diversas personas. De cohortes de estudiantes homogéneos pasamos a aulas de la diversidad con sus características, historias, intereses y trayectorias diferenciadas, y sin duda también de perspectivas de vida en el mundo del trabajo. No han llegado a las aulas de casualidad sino de verdaderas luchas de inclusión y de esforzadas historias de familias y personas para vivir mejor. La diversidad siempre existió en sus casas o dentro de los roperos, en sus regiones distantes o en los altillos escondidos, en los barrios pobres e incluso en las zonas de gente pudiente. No salían ni interactuaban reclamando sus lugares en la mesa de la vida social. No había transporte, ni derechos, ni cupos ni reconocimientos. Pero allí estaban mirando y reclamando desde atrás del vidrio, soñando cruzar la calle y salir de los guetos donde la vida y la historia los había recluido. Acceder a las aulas fue siempre su mayor deseo como parte de su sueño de otra vida. El título universitario era el camino pero que cupos y distancias, horarios y costos, o certificaciones previas, pusieron barreras para llegar a sentarse en esas soñadas y distantes aulas. Han ido llegando en oleadas sucesivas y constantes, pero quedan aún muchas dificultades. Ya algunos están agarrándose a las puertas de esas aulas donde conviven presos, con personas con menores capacidades o discapacidades, también poblaciones indígenas o de color, madres solteras o solo mujeres, ciegos o en sillas de rueda. También personas mayores u otros miles de excluidos tradicionalmente del acceso, la permanencia o el egreso de la educación. Pero ahora la diversidad choca contra una presencialidad ineficiente como el espacio de formación de la diversidad de estudiantes. La educación presencial es también una exclusión para muchos. Desde que no hay baños suficientes para mujeres, hasta se carece de rampas, desde que se requieren libros en braille, hasta la complejidad del traslado de los presos a las aulas o la falta de guarderías para los hijos y aulas saturadas que deja a muchos apenas en la puerta. También niños mal formados junto a otros con dotaciones especiales. La diversidad reclama todo, pero las pedagogías, las aulas o los docentes están incapacitados para atender y resolver estas demandas y problemas. La sociedad de masas es la sociedad de la diversidad, de la inclusión obligatoria, pero también es la sociedad de la crisis de una educación presencial homogénea y estandarizada, y la necesidad también de diversidad de pedagogías para formar a personas diversas que reclaman una educación personalizada.