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Materiales: Madera, metal, plástico y otros materiales
Medidas: 40 cm por 52 cm por 15 cm
Año: 2023

El boxeo es juego, deporte, negocio, espectáculo y pasión. E incluso dura analogía de algunas de nuestras existencias y sobrevivencias. La vida se nos asemeja en algunos tiempos a  peleas en algún cuadrilátero en cualquiera esquina. Pelea entre iguales, sueño de ser un atlas, golpes que no vimos venir, dientes en el piso, goce o dolor propio y de terceros. En este pugilato se esconde el negocio televisivo de la violencia, el corto ciclo de vida de los protagonistas, el rápido desgaste del cuerpo y tal vez hasta las secuelas neuronales. Allí se reúnen pasiones y dolores, junto a apuestas y diversiones. Y hasta sano deporte. En estos “rings” de la vida nos rompemos los dientes en luchas de supervivencia cuerpo a cuerpo.  Adentro de esas tres o cuatro cuerdas que lo limitan y encierran siempre hay jóvenes con energía y fuerza, enteros de ilusiones y sueños, y con todos sus dientes afilados. Ellos parecen incluso iguales al inicio de estos circos de gladiadores deportivos. El tiempo los desgasta  mientras cambian energía por experiencia, fuerza por técnica, golpes por medallas e ilusiones por frustraciones. Desde la fuerza infantil a la experiencia, se gesta firme el deterioro del paso de los días y años: ya que más allá de peleas,  heridas y éxitos, los fracasos vendrán luego también ante otros más jóvenes y pujantes en la batalla entre experiencia y energía. Para aquellos que perdieron cayendo a la lona o para los que se llevaron medallas, habrá trayectorias y lugares distintos cuando bajen del cuadrilátero, con sus propias historias de dientes rotos en la mano.

No es sólo un acto del teatro de la defensa o del coraje, ni tampoco demostración de poder y dominación en algún callejón de testosterona. Es  también espectáculo y pasión de multitudes que vemos por televisión, soñando estar en primera fila para ver los sudores, heridas, y sentir en carne propia  frustraciones o logros.  Más allá de firmes protectores en la boca, la pelea humana es hasta los dientes, con éxitos y fracasos, y todos finalmente solos lamiendo nuestras heridas mientras vemos algunas fotos y medallas herrumbradas. Pedazos de dientes quedan por allí o por acá en alguno de esos caminos en los cuales pusimos el alma,  mordimos, masticamos y devoramos experiencias, tiempos y hasta personas en la existencia dentro del enorme y desconocido mundo siempre ajeno que atravesamos. Difícil caminar sin perder algún molar,  desgastar un incisivo, partir un camino, tanto como vivir sin las interacciones humanas que nos dan tanto placer como dolor.

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